jueves, 23 de junio de 2011

Marion Brown - Juba Lee


Mientras las defunción de cualquier músico de jazz nos entristece, la muerte de Marion Brown nos pegó especialmente fuerte. Hay una especie de calor e inteligencia palpables en sus composiciones  y ejecuciones la cual, lamentablemente no te ayudará a mitigar la nostalgia pero sí te hará sentir como si hubieras sabido algo de su personalidad más allá del sax. Si insistimos en caer dentro del cajón de las etiquetas y subtítulos, él nunca se caracterizó por ser estrafalario al momento de tocar. Poseía una rara habilidad para aterrizar aquellas ideas abstractas en tonos terrenales, y viceversa. Sus composiciones fueron frecuentemente plagadas de elipses y evasiones (no más astutas que el escucha, sin embargo lo invitan a escuchar más de cerca). Por encima de todo, la música de Marion Brown insiste en comunicar forjando conexiones profundas.

Tal vez esta es la razón por la que su música ha creado tantos y tantos fans apasionados por el avant jazz al rededor del mundo. Inspiró tributos tan arrojados como los del compositor minimalista Harold Budd, actos electrónicos como el de Savath & Salavas así como los indie rockers de Superchunk (chécate "Song for Marion Brown" en el álbum Indoor Living), su nombre sigue vivo aún, en el álbum creado en su honor: Sweet Earth Flower: A Tribute to Marion Brown.

El hombre que sabía más de lo que nadie nunca le preguntó.

Dado que mucho de su catálogo ha languidecido de ser impreso y difundido, el rango de la música de Marion Brown nunca ha sido completamente reconocido. Él era conocido en el mundo de la música como hombre clave dentro de la segunda oleada del free jazz, incursionando en la escena con una salpicada a mediados de los años 60 tocando en el legendario álbum Ascension del monstruoso John Coltrane, para después lanzar dos excepcionales discos en la ESP Records. Sin embargo eso es apenas una pequeñita parte de la historia. Brown también fue un adepto al estilo europeo de improvisación libre, las exploraciones en el terreno del ethno-jazz, ritmos funky groovis, colisiones con la música computacional, poéticos sonidos ambientales y baladas tradicionales.

He aquí nuestro pequeño (y necesariamente incompleto) tributo personal, que trata de representar alguno de los muchos lados en los que orientó sus profundas aventuras y su hondamente arraigada música. Este tributo se expande por el fértil período comprendido entre las décadas de 1960-1970 y las incursiones dentro de los años 80, después de la variedad de dolencias que dificultaron su habilidad para grabar y presentarse con regularidad... He aquí un álbum esencial para los amantes del jazz y la improvisación libre el cual llega hasta tus tímpanos, cortesía de tu blog de predilección: Al Loquero con el Disquero.

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