miércoles, 6 de julio de 2011

Peg Leg Sam - Medicine Show Man


Volvamos a aquellos lejanos días donde la televisión aún representaba un aparato novedoso al que sólo podían acceder los ricos y acaudalados. Esos tiempos antaños donde uno procuraba entretenimiento  cuando algún show viajero hacía parada intermitente en el barrio. Las grandes épocas de las carpas, circos esporádicos, carnavales y espectáculos itinerantes, es el contexto en donde se enclava la figura del Medicine Show Man (o como lo conocemos en los países hispanohablantes: merolico, merenguero, etc.) un hombre que aprovechaba las conglomeraciones para vender productos milagrosos, curas, remedios y pócimas para el mal de amor, el mal de ojo, la fatiga cerebral, el cuerpo cortado, la impotencia y todos esos achaques clásicos. Al tiempo que llamaba la atención haciendo magia, música, malabares y fanfarronerías varias. Peg Leg Sam es uno de los últimos hombres que desempeñara este oficio, itinerante y vagabundo.

Nacido con el nombre de Arthur Jackson un 18 de diciembre de 1911, ya cargaba cierta herencia musical por parte de su madre quien, tocaba música eclesiástica en el piano y acordeón en la iglesia local de Jonesville, Carolina del Sur. Así un joven Arthur comenzaba a tocar la armónica bajo las influencias de otros músicos locales como Butler Jennings, Bigger Mapps y Sun Jennings. Rápidamente mejoró su técnica al tiempo que fue picado por "el bicho viajero", por lo que en varias ocasiones dejó su poblado natal para merodear por los alrededores, siempre yendo y viniendo de un lado a otro. Estos viajes llevaron a Peg por todo el sur, unas veces a pie y otras tantas viajando de hobo en los trenes. Esta fue la razón por la que perdiera su pierna derecha durante uno de estos viajes en ferrocarril por ahí de 1930 en Carolina del Norte. Sin embargo esta situación no mermó su espíritu errante pues llegó a viajar a New York e incluso embarcarse hacía Key West (donde después de ser descubierto como polizón, huyera a), Cuba, Haiti, Jamaica y las Bahamas.

En algún momento de los años 20 conoció a Elmon "Shorty" Bell,  hijo de un predicador de Atlanta quien le enseñó el estilo "moderno" de tocar la armónica, pues hasta ese momento Peg Leg Sam solamente conocía el viejo estilo "acordionista" de acompañar melodías usando acordes. Posteriormente en uno de sus muchos viajes de vuelta a casa, conoció a la leyenda Pink Anderson, veterano en el negocio del show man, quien lo persuadió para incorporarse en el espectáculo de Emmitt Smith, lo que significaría una mayor fuente de ingresos. Así pasó de banda en banda hasta llegar a tener algunos spots en T.V. local y ganar algunos concursos de talento. Por supuesto esto tan solo representó una actividad secundaria ya que su principal pasión era tocar en las calles pasando el sombrero. Ese fue su modus vivendi durante 15 años, en sus propias palabras nos comenta "seguiré haciendo esto aún más que cualquier persona que haya conocido".

Peg Leg Sam resulta una clase de anacronismo en estos días, ¿Te cae que estas cosas aún existen? se preguntarán algunos. Este álbum muestra su extraordinario talento como armonicista, el cual pasa a segundo plano cuando escuches dos de sus piezas habladas, en donde te podrás dar un quemón de su enorme carisma. Recordado como uno de los muchos bluesman que vagabundearon por el sur (y el norte también), pasó a la historia como una leyenda: "aquel armonicista pata de palo que toca dos armónicas al mismo tiempo (una con su nariz) mientras canta y solloza".

Arthur Jackson murió en Carolina del Sur en octubre de 1977 y puedo garantizarte que nunca has visto ni escuchado algo semejante. Peg Leg Sam fue un genio en su instrumento, un artista en toda la extensión de la palabra. Aquí te dejo un fragmento del documental Born for Hard Luck donde sale bailando en esa escena que hiciera mítica la película Amelie de Jean-Pierre Jeunet. Si esta es tu primera experiencia con Peg Leg Sam, has de guardarlo muy bien dentro de tu sombrero de proverbios... cortesía de tu blog de predilección quien agradece profundamente a MilChapitas que se mochó con el disquirijillo y al maestraxo Vittorio Silva quien me enseñó a este monstruoso personaje.


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